Cuando llega esta época del año siempre pensamos en lo mismo ¿Esquilar o no esquilar a mi caballo? Realmente no existe una respuesta correcta, pero en este post hablaremos un poco de ello para intentar aclararte las ideas.

¿Cuándo esquilar a mi caballo?

Los caballos suelen esquilarse en otoño, de octubre a diciembre, ya que es cuando comienzan a echar el pelo de invierno, pero todavía las temperaturas no son muy frías.

Es muy importante pensar en nuestro propio caballo, ya que, si no lo necesita, no tenemos por qué esquilarle. Hay dos preguntas clave que tenemos que plantarnos: ¿Suda mucho? ¿Cuál es el ritmo de trabajo que solemos llevar?

- Si suda y trabaja poco no debes esquilar a tu caballo, si lo haces vas a eliminar una barrera natural contra el frio sin justificación.

- Si suele trabajar y suda mucho podemos esquilarlo. El pelo dificulta el secado del sudor, y esto puede hacer que nuestro caballo coja algún resfriado o infección fúngica.

Siempre tenemos que pensar en el clima en el que vivimos, si es frio y decidimos esquilarle tenemos que usar una manta para que no enferme.

¿Cómo esquilar a mi caballo?

Ahora que ya hemos decidido esquilar a nuestro caballo viene la siguiente gran pregunta, cómo hacerlo. Os damos algunos tips a continuación:

Cepilla a tu caballo

Es importante que antes de comenzar a quitarle pelo este no tenga tierra que pueda obstruir la esquiladora ni una excesiva cantidad de sudor u agua, el pelo tiene que estar completamente seco para asegurarnos un corte preciso.

Esquila a contrapelo

De esta manera el esquilado será uniforme y preciso.

Importante las partes sensibles

Las partes de la cabeza o del vientre son zonas en las que hay mucha sensibilidad, cuando tu caballo se haya acostumbrado al ruido de la máquina empieza por ellas, ya que es cuando la esquiladora aún sigue fría y no les dará tanta sensación.

No hagas fuerza

Si sientes que tienes que hacer fuerza cuando esquilas a tu caballo algo está funcionando mal, posiblemente una de las cuchillas esté defectuosa así que no continues, si lo haces podrías herir a tu caballo.

Usa una cabezada

Nuestro caballo tiene que estar bien sujeto para asegurarnos un resultado óptimo y rápido, lo que agradeceréis los dos. Puedes ofrecerle también algo de comida para que se mantenga distraído.

Mantener su temperatura corporal

Nuestro caballo va a sentir más frescor en las zonas esquiladas, podemos ir tapándole con una manta para que no tenga ese contraste de temperaturas.

Limpia la esquiladora

Una vez que hemos esquilado y cepillado a nuestro caballo tenemos que limpiar nuestra esquiladora para mantenerla en buenas condiciones. Existen diferentes kits para su cuidado que son muy útiles para alargar la vida de esta maquinilla, están hechas a base de aceite y limpiadores lubricantes.

Beneficios de esquilar a un caballo

Controla la sudoración

Si durante los meses más fríos del año seguimos teniendo un buen ritmo de entrenamiento nuestro caballo sudará como siempre, el problema está en que su pelo es mucho más grueso y denso, por lo que será mucho más complicado que el sudor se seque, lo que puede desencadenar en enfermedades.

Evita infecciones

Si nuestro caballo tiene alguna herida es recomendable que esté rasurada, de esta manera nos aseguramos que el medicamento penetra bien, y podemos limpiarla mucho mejor, por lo que evitamos infecciones.

Realza la belleza

La belleza natural de nuestro caballo destaca mucho más si está esquilado, pero no es un acto imprescindible.

Tipos de esquilado

No existen límites a la hora de esquilar a tu caballo, de hecho, hay muchísima gente que deja volar su imaginación y hace arte en sus propios caballos. Aquí os vamos a comentar los tipos de esquilado más comunes en el mundo equino:

Esquilado entero

Consiste en esquilar todo el pelo del caballo para facilitar la limpieza de este.

Esquilado de cuello y pecho

Como su propio nombre indica consiste en esquilar el cuello y el pecho de nuestro caballo. También se conoce como esquilado tipo poni.

Esquilado irlandés

Consiste en dibujar un triángulo que va desde la cresta del caballo hasta su vientre, de tal forma que se esquila la parte inferior de este. Se suele hacer en caballo que no cuentan con mucho trabajo durante del día.

Esquilado de caza

Es el más utilizado en caballos que llevan una vida bastante activa. En este caso se esquila todo el caballo excepto las extremidades y una parte del dorso. Esta parte tiene la forma de la montura. El objetivo de dejar el pelo es proteger al caballo de arañazos, barro y rozaduras.

Esquilado de enganche

Es el tipo de esquilado que se le hace a los caballos de esta disciplina, consiste en esquilar el pelo del vientre y de las espaldas, hasta donde irían los tiros de la guarnición en un enganche.

Esquilado de manta

Consiste en esquilar a todo nuestro caballo pero dejando las extremidades y la forma de una manta con pelo.